Como ha sido reportado por múltiples fuentes, Cali es una de las ciudades más violentas del mundo. Con el crecimiento de las tasas de homicidio y criminalidad que se están reportando en Palmira, el área metropolitana de la capital muestra cifras alarmantes para una zona urbana con presencia legítima institucional que ostenta el control de las armas. Según cifras oficiales, entre 2013-2014 (al año más seguro en la última década), se reportaron 66 homicidios por cada 100.000 habitantes. En una ciudad capital en América Latina (incluida Bogotá), esta misma cifra es de alrededor de 20 homicidios.
El crimen impone costos sociales muy altos. En el sector público se debe invertir una proporción significativa de los escasos recursos públicos en combatir el crimen y los resultados no se comparan con los esfuerzos. Datos recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestran que en América Latina se hace una de las mayores inversiones en la lucha contra el crimen, pero el fenómeno va en alza. Lo que se gasta la región en combatir el crimen es más que lo que se invierte en infraestructura o políticas sociales.